Centro Social para la tercera edad “Can Palots”. Canovelles. 2009-2010
Esta obra resuelve el Centro Social para la tercera edad (Casal) que da servicio al municipio catalán de Canovelles. Se sitúa en el chaflán de las calles Sant Jordi y el Paseo de Lluís Companys, en una manzana dedicada a equipamientos públicos (un auditorio, una escuela infantil y el centro social para la tercera edad). A pesar de sus escasas dimensiones, la forma rectangular y la buena orientación del solar han facilitado su desarrollo formal.
La propuesta nace con la voluntad de incorporar el espacio público urbano existente como una parte más del centro que cederá parte de su parcela para compartir y ampliar la “plaza” del auditorio. El segundo elemento que marcó la posición del edificio fue el muro de contención de hormigón que componía el basamento del auditorio. Atento a estos dos elementos se configuró el edificio, que a modo de una gran roca (de cerámica) y de forma escultórica, ordena y caracteriza la “plaza” del auditorio. Un espacio cuya invitación a ser ocupado poco a poco va teniendo una respuesta positiva por diferentes usuarios durante el día.
La composición volumétrica del edificio manifiesta una rotura y un cambio de proporciones desde el exterior. Un primer cuerpo con dos niveles que marca la escala del espacio público y un segundo cuerpo con un único nivel que acoge la gran sala polivalente del casal, como originario pulmón del centro. Entre ambos cuerpos el vestíbulo a doble altura, ordena y distribuye de manera racional las diferentes dependencias: gimnasio, administración, cocina-cafetería, sala polivalente e instalaciones en planta baja y talleres, sala de lectura e informática en la planta primera. La cubierta inclinada recubierta de zinc concluye el volumen de dos alturas y otra cubierta plana acabada con piedra de río, completan el resto del edificio
Un material ha sido decisivo para caracterizar este edificio público desde su exterior, la cerámica en forma de placas alveolares ranuradas, esmaltadas en blanco, que han construido la fachada ventilada. Con el asoleo, la vibración de las sombras producidas por las ranuras han restado peso al edificio y lo han convertido en un sólido más difuso y menos compacto, que se mueve con el sol y por tanto cambia durante el día.
En el interior, el hormigón visto pintado ha dejado ver sus huellas de construcción, como la piel de sus usuarios nos enseña el paso del tiempo que deja su rastro de experiencia y sabiduría. El uso de la madera en elementos puntuales como el techo de la sala polivalente, la cafetería o el suelo del gimnasio aporta también la calidez de la naturaleza al Centro.
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