Entrevista al arquitecto, Iñaki Garai Zabala

“La crisis depurará y mejorará la calidad de la arquitectura”

Iñaki Garai Zabala es arquitecto por la Universidad de Navarra, socio de  ACXT arquitectos (Grupo IDOM) y director de ACXT-Bilbao.

Garai ha sido seleccionado, entre otros, para los premios FAD y finalista del Premio COAVN 2001. Además de ser también seleccionado para la VII y la VIII Muestra de Arquitectos Jóvenes Españoles de la Fundación Antonio Camuñas y para las exposiciones del Ministerio de Vivienda “Habitar el presente” en 2006 y “Jóvenes Arquitectos de España” 2008. Su obra ha sido publicada en distintas revistas y libros de arquitectura.

El arquitecto vasco ha participado como ponente sobre la obra de ACXT y otros temas vinculados con su experiencia profesional en ámbitos nacionales e internacionales, entre otros en el Instituto Cervantes de Londres, Universidades en España y México o el Congreso IASP de Pekín.

Sus obras mas destacadas y premiadas son el Edificio de Servicios Generales en Erandio, el Polideportivo de Bakio y varias promociones de vivienda social en Vitoria y San Sebastián. En este momento está desarrollando, entre otros, dos proyectos de viviendas sociales en altura, “la casa del estudiante” para la Universidad de Cantabria y una escuela de negocios en Beijing.

¿Qué valoración global puede hacerse sobre el momento actual de la arquitectura española en referencia a su prestigio dentro y fuera del país?
Es difícil hablar en singular de la arquitectura española. Dentro del panorama arquitectónico español e internacional hay realidades muy distintas que conviven dentro del término arquitectura.

Cuando hablamos de aquella que entiende la arquitectura como una realidad cultural además del servicio profesional a un cliente, la arquitectura española tiene sin duda una buena imagen tanto dentro como fuera de nuestras fronteras; tanto por el ejercicio profesional de algunos de los arquitectos españoles como por el interés y reconocimiento de algunos promotores españoles al valor del hecho arquitectónico, acompañado por la importante presencia editorial española especializada en arquitectura en el mundo.

Cuando nos movemos de este ámbito hacia uno más comercial, la cosa, a mi juicio cambia, tanto en aquellos donde lo comercial se encuentra con lo “cultural” como en el más puramente comercial en el que no me pronunciaré por falta de conocimiento por experiencia propia.

Respecto a ese al que me refería antes como comercial-cultural o espectáculo, los promotores que la requieren, exigen además de capacidad creativa, una componente de escala de los equipos y de las referencias de los mismos de la que, en general, carecen los arquitectos de España, siendo este un punto clave para generar interés y confianza en los grandes mercados internacionales.

Probablemente también nos falta una actitud mas festiva y menos académica del ejercicio de nuestra profesión para participar en esa feria del espectáculo que son hoy algunos de estos mercados, y no lo digo como crítica porque creo que es aplicable a nuestra actitud desde ACXT.

En cuanto al oficio, ¿cómo puede afectar la crisis inmobiliaria al trabajo de los estudios de arquitectura en España?
Supongo que como toda crisis depurará y mejorará la calidad del sector y supongo que puede suponer también una oportunidad para reconquistar parcelas de la profesión que hemos dejado abandonadas en tiempos de bonanza y que otros profesionales han capitalizado, como las disciplinas de especialidad de estructuras, instalaciones, gestión, etc. La crisis nos exigirá también explorar nuevos mercados, estas son al menos las iniciativas en las que llevamos inmersos en ACXT desde su fundación.

Hay una serie de temas que centran el debate en la arquitectura actual. En cuanto a la relación con el urbanismo, ¿es partidario de la planificación urbanística que apuesta por la verticalidad o por la horizontalidad?
Soy partidario de dar con la mejor respuesta para la pregunta que nos plantee el problema en cuestión. Aunque a priori me encuentro posicionado hacia la densificación, me resulta difícil posicionarme de manera excluyente porque veo soluciones acertadas aplicando una u otra estrategia. Incluso estrategias de baja densidad pueden resultar de interés en casos muy concretos.

Creo que debemos superar los modelos de posicionamiento intelectual excluyentes, aprender de la historia y actuar en cada caso con ambición y responsabilidad de excelencia sin tomar posiciones predeterminadas.

Esto es lo que pretende nuestro modelo de equipo abierto a nuevos socios. No permite la visión única. De manera inevitable, al soportarse en la unión libre de distintos profesionales, exige el debate como método de construcción de nuestra identidad colectiva. Esto es ACXT.

Otro debate es la “espectacularización de la arquitectura”. De hecho, el filósofo Debord ya apuntó a finales de los 60 que estábamos en la sociedad del espectáculo y, por tanto, del simulacro. ¿Cree que hay algo de simulacro en algunos edificios singulares de nuestro entorno?
Exactamente igual que lo que comentaba anteriormente, sin duda, debe de haber actuaciones arquitectónicas que den respuesta a la necesidad de notoriedad, en muchas ocasiones es necesario desde un punto de vista de respuesta al programa,  además de que puede suponer una aportación de valor y tensión necesaria a la trama urbana. Esto lo vemos en las ciudades históricas en todo el mundo, en Europa, con las iglesias, bancos, ayuntamientos, etc.

Quizás el problema es cuando repetimos el error de la trama de la ciudad sin tensión por silencio del comunismo, por el error de sin tensión, por exceso de ruido del supercapitalismo.

Creo que igual que en la música o nuestra propia respiración, un buen diseño no puede ser plano debe de haber alternancia de sonidos y silencios de inspiración y expiración.

Un debate también interesante es el del impulso a la construcción sostenible y la utilización de materiales, priorizando sus prestaciones ecológicas y medioambientales. ¿Cuál es su opinión al respecto?
El dar cumplimiento a los requisitos medioambientales es un requisito más al que cualquier buen proyecto debe dar cumplida respuesta. Es verdad que ahora, en tiempos de crisis, y después de una época donde la energía era un bien barato y no valorado se está recuperando el sentido común que tienen todas las sociedades y sus arquitecturas cuando sus recursos son escasos, y para eso podemos mirar a cualquier obra de arquitectura popular de cualquier pueblo del mundo.

Nosotros en ACXT, tenemos incorporado este requisito en todos nuestros proyectos sometiendo su evaluación a estudios rigurosos desarrollados con herramientas informáticas sofisticadas. Nuestra opinión es que debemos de poner los medios técnicos al servicio de las ideas desde el rigor.

¿Cree que la situación económica pueda permitir que la arquitectura recupere su función social?
Sin duda la crisis nos va a exigir a todos una catarsis y humildad.¿Si esto significará para la arquitectura recuperar sus valores como función social? Ójala.