Ampliación de la escuela “Sant Peter” de Barcelona
La escuela Sant Peter de Barcelona requería un proyecto de ampliación para proveerla de doce aulas nuevas y una serie de servicios comunes, como el área administrativa y de dirección, el area de profesores y la sala de actos-auditorio. El edificio se proyectó como una ampliación de todo el conjunto.
La ampliación se realizó en un espacio libre en el recinto de la escuela, ocupado, en parte, por pistas deportivas al aire libre y con una rasante de 5 metros por debajo de la calle de acceso (c/ Ardena).
El edificio se situa paralelo a la alineación de la calle, lo que permite ordenar todo el frente de aulas en una buena orientación sur-sureste y a unas vistas inmejorables sobre la ciudad de Barcelona. El desnivel presente en el solar da lugar a una descomposición del edificio en tres plantas, dos de ellas situadas por encima de la rasante de la calle Ardena y una por debajo de ella en forma de semisótano con fachada abierta a las pistas deportivas.
El acceso a la escuela, se realiza por un ámbito descubierto frente a la calle Ardena que se genera al retrasar la escuela ocho metros de la alineación de la misma. Este espacio de acceso permite la entrada de autocares y la carga y descarga de pasajeros, sin obstaculizar el tráfico de la calle. El acceso al edificio se realiza por un porche y un cancel de entrada en la planta primera -situada a nivel de la calle- en la que se ubican seis aulas, el control de acceso y los aseos. En la segunda planta se repite el esquema de seis clases y en la parte posterior se ubican despachos administrativos y aseos. En la planta baja (cinco metros por debajo de la calle) se sitúa el área de profesores y la sala de actos con sus anexos, con salida directa a un porche y a las pistas deportivas.
Aprovechamiento de la luz solar
El edificio tiene una posición envidiable en cuanto a luz solar y vistas, pero esa situación también implica un problema de confort en los meses más calurosos y en un clima como el mediterráneo con muchas horas de exposición solar. La solución arquitectónica que se ha diseñado da respuesta, en gran medida, a esta cuestión. En sus dos caras más largas, las fachadas reciben un tratamiento de doble piel en la que el vidrio se retrasa respecto a una exterior que lo proteje del sol creando una cámara ventilada intermedia. En la fachada de las aulas (S – SE) la solución es una marquesina de 1,5 metros de profundidad dotada de un sistema de toldos verticales semitransparentes enrollables y motorizados que permiten graduar de forma independiente el nivel de iluminación interior, frenando el impacto solar. En la fachada posterior (a la calle Ardena) con una orientación más problemática (N – NO) la piel exterior se proyecta como una celosía de obra que se separa 80 cm. de la vidriera.
La dualidad en la respuesta solar de las dos caras del edificio se manifiesta en dos fachadas muy diferenciadas: la fachada sur está definida por la horizontalidad de las marquesinas, el tratamiento del fondo en madera y vidrio, y la segunda imagen que generan los toldos cuando están bajados, que hacen desaparecer el mencionado fondo. Toda esta fachada se asienta en el zócalo formado por el porche tratado con ladrillo esmaltado negro. La fachada NO, en contraste, tiene más movimiento. Los retranqueos acogen la marquesina y el cancel vidriado de entrada. Sobre un fondo de paredes blancas, la celosía también blanca, sigue su propio juego, apareciendo y desapareciendo con un carácter de piel “añadida” al volumen principal. El volumen de la escalera, de hormigón pintado de negro, recoge y da un final a los pliegues de esta fachada.
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