El sector de la construcción en España crecerá un 3,5% en el periodo 2018-2020
El sector de la construcción en España crecerá una media del 3,5% en el periodo comprendido entre 2018 y 2020, según el último informe de Euroconstruct, presentado en España por el Instituto de Tecnología de la Construcción de Cataluña (ITeC). Este estudio se elabora entre las instituciones de 19 estados europeos que conforman la red Euroconstruct, y presenta datos tanto europeos como desglosados por países.
El ITeC ha revisado las perspectivas del primer semestre de 2017 (publicadas en verano) y prevé un crecimiento en el sector de la construcción español del 4,1% para este 2017 -frente al 3% estimado en su anterior informe-, del 3,8% para 2018 -frente al 4,1% previsto- y un repunte del 3,7% para 2019 -frente al 3,6% anterior-, llegando a 2020 con un incremento del 3%.
Existen dos factores que podrían alterar estas previsiones para España, tanto positiva como negativamente. El primero de estos factores es la situación política catalana, respecto a la cual no hay puntos de referencia que permitan anticipar cuáles serán las consecuencias sobre la economía y la construcción. El informe ha tomado como referencia el comportamiento de los mercados tras el Brexit y la elección de Trump: en ambos casos, después de las primeras semanas de desconcierto, finalmente los mercados acabaron asimilando la nueva coyuntura de forma no traumática. Por lo tanto, se ha partido de la premisa de que la “calma tensa” que podría vivirse en Cataluña tras las elecciones de diciembre, no afectará negativamente al mercado.
El segundo de estos factores es el crecimiento del PIB. El informe es optimista respecto a la evolución de la economía española, ya que todo indica que 2017 será el tercer año consecutivo en el que el PIB crecerá a ritmos superiores al 3%. Para 2018-2020 se esperan unos avances más contenidos (entorno al 2,3% anual), pero el sector empresarial está menos endeudado que años atrás, y por tanto cuenta con mayor capacidad para invertir. Sin embargo, el mercado de trabajo no crece al mismo ritmo (no lo hacen ni los salarios ni el número de ocupados).
Las previsiones por subsectores
La edificación residencial, protagonista tanto del boom de la construcción como de su posterior declive, ha encontrado de nuevo un cierto equilibrio, y es el subsector que tira principalmente de la construcción. Sin estar en una situación óptima, se ha adaptado a los nuevos actores del mercado y ha sabido encontrar aquellos nichos de demanda que justifican la puesta en marcha de nuevas promociones. Todo ello ha generado, de acuerdo con el informe de Euroconstruct, “suficiente inercia como para que a escala nacional se puedan compensar los efectos de un enfriamiento de la demanda en Cataluña”. Pese a todo, se advierte que las tasas de crecimiento son moderadas (del 14% del 2017 se tenderá al 5% en 2020).
En cuanto a la edificación no residencial, la predicción de su crecimiento es más discreta. En 2017, se estima que la producción crezca un 4%, y en 2018 un 2,5%, con un repunte mínimo del 4% para 2019-2020. La primera razón que explica estas tasas más moderadas es que su proceso de recuperación tras la crisis se ha iniciado más tarde y con menos intensidad que en el caso de la vivienda. La segunda, que la situación en Cataluña, y muy especialmente en Barcelona, puede afectar a los inversores inmobiliarios.
Por último, la ingeniería civil continúa en valores mínimos, muy condicionada por los objetivos de déficit del Estado. Sólo a nivel local empieza a impulsarse un mayor volumen de obra, que podría incluso incrementarse de cara a las elecciones municipales del 2019. Pero el informe advierte, “el impulso de los ayuntamientos aún resulta insuficiente para sacar el ejercicio 2017 de la zona negativa (-6,4%) y habrá que esperar a que la obra local alcance su pleno rendimiento en 2018 para conseguir que el agregado total crezca una vez más (3,6%)”.
El sector en Europa
Esta previsión coincide con el crecimiento del sector europeo de la construcción en 2017, que ha crecido un 3,5%. ITeC atribuye este resultado a un “entorno favorable, amplificado por el factor crédito” y a una “economía más robusta de lo previsto”, que han contribuido tanto a “mejorar los ingresos familiares” como a aumentar la demanda de la construcción, tanto por la parte privada como por la parte pública. Esta mejora en la producción también se explica por la necesidad de ponerse al día tras años en clave de austeridad.
Sin embargo, el informe avisa que este ritmo probablemente se desacelerará en 2018 y en 2019, con unas previsiones de crecimiento del 2,6% y del 2,1%, respectivamente.
Fuente: www.ITeC.es