Residencial Barrio de la Luna - Rivas (Madrid)
El proyecto se configura como una urbanización sostenible de 229 viviendas de Protección Pública Básica (VPPB) promovido por la Empresa Municipal de la Vivienda, dentro de un modelo social capaz de integrar en un desarrollo común, un número de tipologías diferentes, programadas para dar respuesta a las demandas mayoritariamente de jóvenes del municipio.
Situado en el más reciente desarrollo urbanístico de Rivas Vaciamadrid, (el denominado “Barrio de la Luna – Cristo de Rivas”), el proyecto se configura como una urbanización sostenible de 229 viviendas de Protección Pública Básica (VPPB) promovido por la Empresa Municipal de la Vivienda, dentro de un modelo social capaz de integrar en un desarrollo común, un número de tipologías diferentes, programadas para dar respuesta a las demandas mayoritariamente de jóvenes del municipio.
Integra un diseño racional y flexible, configurando una manzana cerrada que se adapta a las condiciones de posición establecidas por el Ordenamiento Urbanístico, y encierra en su interior un gran espacio central dotado de elementos lúdico-recreativos, de jardinería y juegos, en un modelo de vida familiar en salud. La imagen proyectada resulta de un notable atractivo en sus órdenes y en su estética, dentro de una arquitectura moderna que mantiene una equilibrada composición formal y una racional ordenación de sus volúmenes… Una arquitectura que ofrece al exterior urbano, su referencia y singularidad, sin desequilibrios ni distorsiones.
El resultado, completa las necesidades familiares de sus adquirientes, dota de servicios completos a la urbanización, ofrece sus fachadas a un modelo de soleamiento y ventilación cruzada que posibilita el disfrute de brisas a fachadas contrapuestas y mantiene una notable flexibilidad en la distribución interior, con referencias siempre al ahorro energético y al respeto ambiental, bases sin duda de un modelo sostenible y eficaz.
Las fachadas exteriores (las cuatro similares, en su racionalidad) vuelan sobre el “basamento” de su planta baja y se “enmarcan”, para potenciar sus argumentos de diseño y singularidad, con una arquitectura de ladrillo visto, que conjuga su armonía y vistosidad con terrazas de frente acristalado y celosías de aluminio y acero, que actúan como tamizadores del excesivo soleamiento en las zonas más expuestas, regulando vistas exteriores del área de cocinas y tendederos, y acentuando su carácter de “ingravidez”. Aparecen soportadas por núcleos acristalados con vidrio “U-glass” retroiluminado; que constituyen en realidad los núcleos de comunicación vertical (escaleras y ascensores) del edificio. Las fachadas interiores se muestran más sobrias y contenidas, destacando la composición horizontal de los huecos de ventana y su disposición rítmica, en contraposición con balcones volados, cuyo forro protector es una piel de vidrio que parece flotar “elemento a elemento” en un nuevo ejercicio de “levitación” arquitectónica.
Cada núcleo sirve a dos viviendas por planta, (todas las viviendas son “pasantes”, es decir con doble orientación), lo que permite inducir corrientes naturales de refresco y renovación de aire en su interior sin coste energético, mejorando notablemente por aprovechamiento de energías pasivas (brisas) el confort interior, especialmente en épocas de primavera y de verano. El proyecto garantiza en todos los casos, un óptimo soleamiento de las viviendas, incluso en el momento de mínima exposición solar, (la mañana del día 21 de diciembre, donde se garantizan al menos dos horas de sol directo); en una zona como Rivas con 27º de declinación solar.
Una parte de las viviendas se han adaptado para el uso de personas discapacitadas; habiendo procurado con cuidado especial, que todos los recorridos comunes y de espacios compartidos, sean accesibles, sin obstáculos ni escalones, proyectando para ello rampas de trazado suave en aquellas zonas que, por la pendiente de las calles de borde, obligan a salvar una pequeña altura interior.
Se ha puesto un acento especial cuidado que se ha tenido en el ahorro de consumos y en la elección de materiales, eligiendo mayoritariamente buenos aislamientos y acabados de excelente durabilidad y de bajo impacto ambiental. Entre sus instalaciones se opta por elementos de ahorro y aprovechamiento energético (energía solar para agua caliente sanitaria, pérgola con luminarias fotovoltaicas en zona de jardín, lámparas de mínimo consumo led en todas las zonas comunes con encendido por presencia; calefacción selectiva con control individual de consumo; reutilización para el riego del agua de lluvia; plantación con especies autóctonas y de bajo consumo hídrico… ) Un modelo de arquitectura eficiente y sostenible, en la que el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid viene apostando decididamente desde hace años como municipio comprometido con los recursos y el medio ambiente natural.
El conjunto contempla un total de 229 viviendas, con 16 tipologías diferentes; y una superficie construida de 35.000,00m2 (sobre rasante 12.420,00m2 bajo rasante y 22.580,00m2 sobre rasante); además de 175,00m2 de locales orientados hacía el pequeño comercio familiar.
El edificio proyecta dos plantas sótano, con un total de 345 plazas de garaje y 229 trasteros; y 6 plantas de vivienda; y distribuye sus núcleos de comunicación en 16 portales con un porche perimetral interior que recorre en buena parte el edificio en torno al gran patio-jardín central, que actúa como un báculo protegido y se abre a las zonas ajardinadas, de paseo, de juegos infantiles y de piscina.
Es importante señalar el cuidado puesto en los cerramientos, en los aislamientos y en los vidrios, para conseguir una envolvente térmica adecuada sin reducir los espacios de visión y de soleamiento. En este sentido, la utilización del ladrillo visto (ladrillo de la firma Palau) resultó fundamental para estructurar fachadas compactas y aisladas, de mantenimiento mínimo y de imagen homogénea; garantizando así, nulos costes de conservación en el tiempo y utilizando como referencia plástica un “marco” de composite Larson de Alucoi, que sin duda se ha configurado como el referente plástico más singular del edificio en sí mismo y de las arquitecturas del entorno, sirviendo además para “arropar” las fachadas de terrazas y tendederos que pasan así a un aparente segundo plano y equilibran el modelo con indudable racionalidad y contenido.
Resulta loable la confianza de la Empresa Municipal de la Vivienda y del propio Ayuntamiento de Rivas con el que eligieron el proyecto en un concurso público y abierto, y que manteniendo hasta el final su apesta por una arquitectura moderna, funcional, flexible, atractiva y de un cierto ”atrevimiento” y distinción; lo que es más loable si cabe dado el carácter de vivienda social y Protección Publica Básica con los que se ha promovido el edificio, cuyos precios, pese a su indudable calidad, se han ofrecido a las familias por debajo del módulo oficial de la Comunidad de Madrid.
Ver: Ficha Técnica