Colegio de Educación Infantil y Primaria “Simón Fuentes” – Carboneras (Almería)

El solar del nuevo Colegio “Simón Fuentes” se sitúa fuera del casco urbano, al norte de Carboneras. Su acceso se realiza a través de una avenida que asciende serpenteando entre colinas dentro de un paisaje desértico y montañoso tan característico de la provincia de Almería. Constituye junto a otra edificación docente las dos únicas piezas construidas en esta zona del municipio. 

Situado sobre elevado del vial en una parcela plana rectangular resultado del desmonte realizado en la ladera rocosa del cerro Majada, con una superficie inferior a la necesaria por el programa docente, y condicionado además por la sombra arrojada por la pared del cerro a sus pies desde media mañana, hace muy necesaria su racionalización en la implantación. Se ha pretendido formalizar la fachada exterior construyendo al borde del talud buscando el mejor soleamiento, y dejando la zona interior para las pistas deportivas. 

La imagen exterior del edifico será la de un edificio público y un lenguaje actual, combinando los materiales tradicionales de la arquitectura mediterránea, con los sistemas actuales de eficiencia energética. El edificio docente en forma de L en torno a una zona deportiva interior tiene una volumetría claramente reconocible desde el exterior, tanto para los estudiantes como para los vecinos de la población: muros de ladrillo visto en color blanco horadados por  huecos horizontales tamizados por lamas verticales de aluminio en color amarillo. Un solo tipo de hueco y dos materiales exteriores, ladrillo y aluminio, resuelvan la totalidad de los encuentros entre los diversos usos. Pequeñas líneas de color en las lamas de las galerías de acceso a las aulas de infantil, así como en el interior del porche de primaria reafirman la edad escolar de los alumnos. La entrada hacia el vestíbulo principal desde la avenida de acceso con la gran rampa de entrada lo hace singular y reconocible desde el exterior.

La imagen exterior del edifico será la de un edificio público y un lenguaje actual, combinando los materiales tradicionales de la arquitectura mediterránea, con los sistemas actuales de eficiencia energética. El edificio docente en forma de L en torno a una zona deportiva interior tiene una volumetría claramente reconocible desde el exterior, tanto para los estudiantes como para los vecinos de la población: muros de ladrillo visto en color blanco horadados por  huecos horizontales tamizados por lamas verticales de aluminio en color amarillo. Un solo tipo de hueco y dos materiales exteriores, ladrillo y aluminio, resuelvan la totalidad de los encuentros entre los diversos usos. Pequeñas líneas de color en las lamas de las galerías de acceso a las aulas de infantil, así como en el interior del porche de primaria reafirman la edad escolar de los alumnos. La entrada hacia el vestíbulo principal desde la avenida de acceso con la gran rampa de entrada lo hace singular y reconocible desde el exterior.

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