Entrevista a los ganadores del XI Concurso Aula Cerámica

Naara González Toledo, Grancisco Tapia Galisteo, Marcos Pradel Huete y Andoni Garrán Fernández, estudiantes y arquitectos de la ETSA de la Universidad Politécnica de Madrid, han sido los ganadores del XI Concurso Aula Cerámica Hispalyt.

 

Imagen: Primer Premio XI Concurso Aula Cerámica Hispalyt

El Jurado ha valorado en su proyecto la relación buscada entre las edificaciones existentes (Palacio de la Reina) y el pabellón propuesto para el Taller, la adecuación de la escala y la utilización de cubiertas y estructuras autóctonas. También se valora la naturalidad en la integración de los espacios abiertos y los cerrados, también muy relacionada con la de las edificaciones del conjunto de Sarkhej Roza.

Naara González Toledo

• Nace en Lanzarote en 1990.
• Comienza a estudiar Arquitectura en la ETSAM en 2008.
• Primer premio de construcción de prototipo en el concurso “Homeless Cover Project” en 2016.

Francisco Tapia Galisteo

• Nace en Madrid en 1991.
• Comienza a estudiar Arquitectura en la ETSAM en 2009.
• Colabora actualmente con estudios de arquitectura en Madrid.

Marcos Pradel Huete

• Nace en Cuenca en 1990.
• Arquitecto por la ETSAM desde 2015.
• Invitado a participar en el Workshop IP Erasmus The Landscape of Archaeology and the Contemporary City en Siracusa (Italia) en 2014.
• Primer premio de construcción de prototipo en el concurso “Homeless Cover Project” en 2016.
• Seleccionado en el concurso “Lounge COAM” en 2016.
• Actualmente desarrolla su labor profesional en Madrid.

Andoni Garrán Fernández

• Nace en Vitoria-Gasteiz en 1990.
• Arquitecto por la ETSAM desde 2015.
• Participante en el curso Athens Architecture as bottom-up Urbanism. Transforming the City in the post Master-Plan Era en Delft (Países Bajos) en 2013.
• Invitado a participar en el Workshop IP Erasmus The Landscape of Archaeology and the Contemporary City en Siracusa (Italia) en 2014.
• Primer premio de construcción de prototipo en el concurso “Homeless Cover Project” en 2016.
• Seleccionado en el concurso “Lounge COAM” en 2016.
• Actualmente desarrolla su labor profesional en Madrid.

¿Cómo valoráis ser los ganadores de un concurso de arquitectura? ¿Consideráis que significará una exigencia mayor en vuestro día a día como estudiantes?

Lo valoramos de forma muy positiva para nuestra vida académica y profesional. No solo es un reconocimiento a nuestro trabajo y una forma de darnos un poco a conocer, sino que también nos ayuda a entender mejor la propia arquitectura que hacemos y a tener confianza en nuestra forma de proyectar.

Desde luego, concursar es una forma de aprendizaje que nos compromete con nuestro futuro y haber sido los ganadores significa también mantener un nivel alto.

¿Repetiréis la experiencia en próximas ediciones? Si es así, nos podías decir, a nivel personal, ¿cuál es el mayor atractivo de este tipo de experiencias?

Probablemente repitamos la experiencia en ediciones posteriores.

El mayor atractivo quizá sean los altos estándares a los que sometemos nuestra forma de trabajar y de hacer arquitectura. Al sabernos competidores nos volvemos muy exigentes a la hora de tomar decisiones y eso nos hace crecer como arquitectos. Es una oportunidad para poner en práctica lo aprendido en la escuela y someterlo a examen, además de continuar el aprendizaje y la investigación, tan necesarios en la profesión a la que nos enfrentamos.

¿Os habéis presentado a otros concursos nacionales o internacionales?

Sí, nos hemos presentado a varios concursos nacionales e internacionales. En uno de ellos recibimos el premio en la categoría de construcción de un prototipo.

El concurso en esta edición ha contemplado un proyecto de Taller cerámico en Sarkhej Roza, en Ahmedabad (India), ¿cómo ha influido en vuestro planteamiento el hecho de que el espacio a crear vaya a tener una presencia constante de personas trabajando en sus dependencias?

Ese hecho ha tenido una importancia decisiva en el planteamiento. La sala taller que proponíamos era el lugar más importante y representativo del proyecto. Es un espacio abierto al exterior, donde el usuario comparte el espacio y está en relación visual con los visitantes de la zona monumental. Con su diseño, en una gran altura con iluminación cenital y abierta al exterior, pretendíamos dar lugar a unas condiciones que hiciesen del trabajo una experiencia digna y agradable.

¿Qué os ha motivado más a la hora de decidir participar en este Concurso? ¿La localización, el tipo de proyecto a realizar, etc.?

No ha habido un factor predominante en la decisión de participar. Probablemente la combinación entre la materialidad del proyecto y lo atractivo del lugar haya sido lo más importante.

En relación con el emplazamiento, ¿qué aspectos estéticos han tenido más peso a la hora de concebir vuestro proyecto?

Buscábamos una forma de relacionar el taller con las ruinas (el palacio de la reina y entornos) que realzase su presencia, ubicando el proyecto de forma discreta pero decisiva al mismo tiempo. La inclusión de la chimenea como elemento abstracto que significase la presencia del taller fue una de las decisiones más importantes.

¿Qué aspectos consideráis que tienen que estar presentes a la hora de realizar un proyecto que respete el espacio natural donde está enclavado y los condicionantes de la sociedad a quien va dirigido?

En cuanto al espacio natural donde se enclava un proyecto, entendemos el uso de materiales no invasivos, la adaptación al clima y el emplazamiento como factores irrenunciables. En cuanto a las condiciones de la sociedad a quien va dirigido, nos parece muy importante que ésta entienda el proyecto como parte de su identidad y que tenga ilusión al sentirse usuaria del mismo. Creemos que se puede hacer buena arquitectura contemporánea que cumpla este objetivo.

¿Qué aspectos son los más determinantes en la concepción de un proyecto?

Los aspectos más determinantes a este respecto dependen del tipo de proyecto y otros muchos factores. Aunque en términos generales nosotros damos a los factores “lugar”, “escala” y “usuario” un papel central en la concepción de un proyecto, creemos que existen otras formas de proyectar, más centradas en la construcción, en el programa o en la realidad energética de un proyecto, por citar unas cuantas, que también son válidas aunque a veces resulten contradictorias entre sí. Esta es, a nuestro parecer, una de las cuestiones centrales al proyectar arquitectura: ¿qué hace a un proyecto? Algo que hemos aprendido hasta ahora como arquitectos es que la arquitectura es poco amiga de los “síes” y de los “noes”, de los “blancos” y de los “negros”, sino que se siente más a gusto en las escalas de grises. Desgraciadamente –o afortunadamente– no existe una respuesta rotunda a dicha pregunta.

En esta edición el concurso se convoca en la categoría de “fachadas de ladrillo cara vista” ¿Se plantean este tipo de materiales y soluciones en las distintas asignaturas de la carrera? ¿Sería vuestra elección en una obra real?

De forma general este tipo de soluciones no aparece como punto de partida, sino que la materialidad surge más adelante en el proceso del proyecto. Sí que se estudia una formación técnica, pero muchas veces no se llega a poner en relación con la práctica proyectual.

Debido a las ventajas que tiene su uso, tanto económicas, como ambientales y de mantenimiento, podría perfectamente ser de nuestra elección en una obra real.