El tejido cerámico Flexbrick recubre el sendero ondulado del Jardín Niel en Toulouse
La facilidad de aplicación en grandes superficies, la precisión del tejido para crear un efecto de sendero de bordes difusos y la posibilidad de alternar zonas caladas y continuas para obtener un buen drenaje fueron características decisivas en la elección de Flexbrick para este proyecto.
El tejido cerámico Flexbrick en el Jardín Niel de Toulouse.
La capacidad de adaptación de los tejidos cerámicos Flexbrick a un relieve desigual fue la razón principal por la que el estudio de arquitectura y paisajismo Michèle & Miquel eligió aplicar este sistema constructivo en su proyecto del Jardín Niel en Toulouse. Michèle Orliac, arquitecta y paisajista del estudio, asegura que “nos interesó el Flexbrick porque podía hacer curvas y contracurvas y adaptarse absolutamente al relieve” y define este sistema como “muy astuto, muy inteligente, y muy adaptable a distintas situaciones”.
Flexbrick es un sistema industrializado basado en el concepto de láminas cerámicas flexibles en la que las piezas de arcilla cocida y otros materiales se ensamblan, de forma independiente, en una malla metálica. Este sistema presenta gran precisión ya que la malla hace que las juntas y piezas del tejido permanezcan perfectamente alineadas, por lo que la pavimentación se agiliza al no ser necesario delimitar el perímetro con un encintado perimetral.
Jardin Niel (Toulouse)
El tejido cerámico admite la personalización de cada lámina según las necesidades del proyecto. Las piezas cerámicas pueden ser ordenadas de forma libre permitiendo la alternancia de calados y continuos en la estructura, lo que amplía la variedad de diseños frente a las construcciones tradicionales creadas por albañiles y favorece la aplicación de Flexbrick en todo tipo de superficies. La utilización de tejidos cerámicos calados o con juntas anchas en parques y zonas ajardinadas aporta ventajas tanto técnicas (favorece el drenaje del suelo, evita la pérdida de agua en los desagües y reduce el impacto de las inundaciones producidas por lluvias abundantes) como estéticas (crea un efecto de sendero de bordes difusos, donde la naturaleza y el camino se entrelazan).
Flexbrick es una apuesta por la sostenibilidad ya que sus piezas cerámicas se fabrican utilizando biogás, un carburante limpio cuyo uso conlleva un ahorro en el consumo de combustibles fósiles equivalente a 5.000.000 Nm3 al año, y evita una reducción significativa de las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero. Además sus materiales alargan al máximo la vida útil del tejido y cada pieza es fácilmente sustituible, ya que su ensamblaje se realiza en seco, y reciclable.
Flexbrick optimiza la construcción de amplias superficies gracias a la utilización de grúas para colocar las mallas metálicas. Este hecho repercute en una reducción de costes y del tiempo de aplicación, que se realiza de forma 10 veces más rápida que la construcción tradicional pieza a pieza. Así, para el recubrimiento de los 10.086m2 del Jardín Niel donde se ha utilizado una amplia variabilidad de Flexbrick se han necesitado únicamente 10 patrones diferentes de mallas, y su ensamblaje se ha realizado en menos de un mes y medio.
Flexbrick, un ejemplo de cooperación empresarial e investigación. El proyecto de investigación que ha dado como fruto el nuevo sistema Flexbrick parte de una idea del doctor arquitecto y director de la Cátedra Cerámica de Barcelona en la Escuela de Arquitectura de la Universitat Internacional de Catalunya, Vicente Sarrablo, que ha sido desarrollada conjuntamente por las compañías Piera Ecocerámica y Cerámica Malpesa.
Ambas compañías entendieron, cuando el arquitecto les presentó la idea hace casi seis años, que el proyecto resultante podía ser sumamente atractivo, ya que suponía un cambio revolucionario en la manera de entender la arquitectura y la construcción con materiales cerámicos.
El proyecto de Flexbrick se materializa con la creación de la empresa del mismo nombre en la que ambas compañías participan al 50%. Finalmente, la inversión destinada a la investigación y desarrollo del sistema constructivo Flexbrick, un sistema patentado y que podrá explotarse en todo el mundo, ha sido de 2,5 millones de euros lo que demuestra el amplio compromiso tanto de Piera Ecocerámica como de Malpesa con la innovación.
En definitiva, el lanzamiento de Flexbrick abre una nueva etapa en la construcción con materiales tradicionales que permitirá dar a ambas compañías un paso muy importante en la apuesta por la construcción industrializada con materiales cerámicos u otros.
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