Decálogo
Los productos cerámicos forman parte de nuestra vida cotidiana, integrados en las construcciones en que vivimos y trabajamos. Son materiales de origen natural, seguros, duraderos, versátiles y económicos. Es por eso que se utilizan en la construcción de edificios y obras civiles desde hace más de 6.000 años.
El equilibrio en cuanto a los aspectos medioambientales, sociales y económicos de este tipo de materiales es uno de los requisitos fundamentales para considerar “sostenible” un producto. Por esta razón, es habitual relacionar el concepto de sostenibilidad con los productos cerámicos. A continuación, vamos a ahondar en los motivos que llevan a esta asociación de ideas.
Las diez razones por las que los materiales cerámicos de construcción son social, económica y medioambientalmente sostenibles
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Decálogo resumido: A continuación, encontrarás información resumida sobre cada uno de los puntos del decálogo. Además, al final de cada apartado tienes un link de “Más información”.
Eduardo Torroja: “El ladrillo es el primer material creado por el dominio de la inteligencia humana sobre los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego”
- El componente principal de los productos cerámicos es la arcilla, que se encuentra en la naturaleza de forma abundante, inagotable desde el punto de vista geológico. Es además renovable debido a la sedimentación continua en la misma cuenca.
- La arcilla es un material natural que, a diferencia de otros, no emite compuestos orgánicos volátiles (C.O.V) ni gas radón.
- En el proceso de fabricación de los materiales cerámicos la arcilla se desmenuza y se muele. Se le añade agua, se amasa y se moldea por extrusión, dando forma a las piezas que se secan y cuecen en el horno. Después se empaquetan para su distribución. Así, los productos cerámicos son 100 % naturales, puesto que se fabrican básicamente a partir de arcilla, agua y fuego.
- Las fábricas de productos cerámicos se sitúan junto a las canteras de arcilla, minimizando los impactos del transporte de las materias primas a la fábrica.
- Su ubicación en zonas rurales contribuye a fijar la población en los pueblos de alrededor, proporcionando empleo estable y dinamizando económica y socialmente estas áreas de la España vaciada. Esta relación cercana entre el fabricante y el medio rural da lugar a buenas prácticas de prevención y cuidado del entorno.
- La extracción de arcilla para fabricar productos cerámicos se realiza de forma segura, con estricto cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales. En ese sentido, la industria cerámica garantiza una tasa alta de empleo y protección social en las áreas rurales donde se ubica.
- Las empresas son conscientes de la responsabilidad social y el impacto ambiental de su actividad. Por ello, una vez agotada la cantera se crean reservas naturales, lagos recreativos, zonas de uso agrícola o forestal y plantas de reciclaje de materiales inertes.
- Las canteras de arcilla representan una oportunidad para la biodiversidad, creando o restaurando hábitats naturales que puedan dar cobijo a los animales y plantas del entorno.
- En los últimos años, los fabricantes han realizado fuertes inversiones para conseguir una reducción del consumo de energía y de las emisiones, creando un proceso productivo energéticamente más eficiente, a través de la utilización mayoritaria de gas natural como fuente de energía, así como con la introducción de mejoras en la tecnología y en el control de secaderos y hornos.
- La industria cerámica también contribuye al ahorro energético y a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero mediante el empleo generalizado de plantas de cogeneración de alta eficiencia y la utilización de biomasa. Además, cada vez más empresas están instalando placas fotovoltaicas en sus fábricas.
- El proceso productivo también es eficiente en el uso de materias primas al caracterizarse por el bajo consumo de agua y el escaso desperdicio de material cerámico.
- La fabricación de materiales cerámicos no genera vertidos de aguas residuales
- El 40% de la energía consumida en Europa corresponde a la edificación. Para reducir este derroche energético, así como las emisiones de gases de efecto invernadero, las normas de edificación están experimentado cambios importantes.
- El aislamiento y la inercia térmica de la envolvente del edificio incide directamente en el confort del usuario en su interior, así como en la demanda energética de calefacción y refrigeración durante la vida útil del edificio.
- Los productos y sistemas cerámicos presentan una elevada inercia térmica y contribuyen al aislamiento térmico de la envolvente del edificio. Por ello, son soluciones constructivas óptimas para el diseño de Edificios de Energía de consumo Casi Nulo (EECN) y su uso es habitual desde hace tiempo en las obras bioclimáticas.
- Para promover una edificación más sostenible, Hispalyt está asociada a entidades estratégicas como la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP) y Green Building Council España (GBCe), además de colaborar regularmente con Formación Passivhaus.
- Las soluciones constructivas cerámicas presentan el mejor comportamiento frente a incendios, no arden, ya que los productos cerámicos se clasifican en cuanto a la reacción al fuego como Euroclase A1, la mejor categoría posible para un material, lo que supone que en caso de incendio no producen llamas, ni humos, ni gases tóxicos.
- Las paredes de ladrillo presentan una gran resistencia a impactos y una solidez y resistencia estructural que hace que sea prácticamente imposible atravesarlas, garantizando la seguridad frente a robos. Además, son capaces de soportar cargas suspendidas pesadas (muebles de cocina, estanterías, etc.) sin necesidad de emplear refuerzos o fijaciones especiales, con el consiguiente ahorro y tranquilidad para los usuarios.
- Las fachadas y cubiertas cerámicas dan lugar a envolventes con un excelente nivel de protección frente a los fenómenos meteorológicos como viento, lluvia, o nieve. Su robustez y estanqueidad garantizan el confort y la seguridad de los usuarios en condiciones climáticas adversas.
- Las paredes de ladrillo ofrecen elevadas prestaciones de aislamiento acústico, ayudando a reducir la transmisión de ruido al interior de la vivienda. Por su parte, las cubiertas de teja cerámica minimizan los ruidos por impacto de la lluvia y evitan los ruidos por las contracciones y dilataciones que se generan en otros tipos de cubierta.
- Los productos cerámicos tienen un excelente comportamiento frente a la humedad, ya que, por un lado, su porosidad les permite absorber la humedad del aire cuando la humedad relativa es alta y liberarla cuando el aire interior se vuelve más seco, y por otro lado, la presencia de agua no altera sus propiedades.
- No emiten ni compuestos orgánicos volátiles (C.O.V.), ni gas radón, ni otras sustancias tóxicas a la atmósfera interior del edificio. Por ello, son el producto perfecto para que la vivienda goce de una calidad del aire interior saludable.
“Álvaro Siza: el ladrillo es el material que mejor se mantiene en el tiempo. Incluso en lugares donde hay contaminación, el aspecto siempre es bueno. El ladrillo, cuanto más viejo, más bello es"
- Si hay una característica de los materiales cerámicos que destaca por encima de todas es su gran durabilidad. Un edificio construido con fachadas de ladrillo cara vista o cubiertas de teja tiene una vida útil que supera los 150 años.
- Esta larga vida útil se traduce en un ahorro económico para los propietarios de las viviendas en concepto de renovación y/o de mantenimiento.
- Los productos cerámicos vistos tienen una propiedad única, y es que embellecen con el paso del tiempo.
Louis Kahn: “¿Qué quieres ser, ladrillo? Y el ladrillo responde: quiero ser arquitectura”
- Los productos cerámicos ofrecen a los proyectistas infinidad de soluciones creativas, no solo en cuanto a texturas y colores, sino también en formas y volúmenes, dando lugar a obras de diseño vanguardista, con gran valor arquitectónico.
- Su versatilidad les permite adaptarse fácilmente a los nuevos requisitos, técnicas y métodos constructivos, siendo perfectos para construir edificios innovadores y orientados hacia el futuro, cumpliendo con los requisitos de la arquitectura del siglo XXI.
- Confieren al edificio flexibilidad, ya que permiten realizar cambios tanto durante el proceso constructivo, como durante toda la vida del inmueble, haciendo que los edificios se abran a nuevas necesidades y usos que puedan surgir.
- En apoyo a la arquitectura cerámica más innovadora, Hispalyt impulsa los Premios de Arquitectura de Ladrillo y Teja y el Foro Universitario Cerámico. Además, organiza Jornadas Técnicas y forma parte del Consejo Editor de la revista conarquitectura.
- Durante siglos se han construido los pueblos y ciudades de España con ladrillo y teja cerámica. Así, en nuestro patrimonio cultural queda patente que el aspecto estético de los materiales cerámicos no se ve deteriorado, sino que embellece con el paso del tiempo.
- Los edificios con productos cerámicos tienen un alto valor económico a lo largo del tiempo, que puede transmitirse a las generaciones futuras, adaptándose además perfectamente a sus necesidades al poder realizar ampliaciones o modificaciones.
- Los productos cerámicos se caracterizan por sus altas prestaciones técnicas y además a un precio de mercado muy asequible, lo que hace que sean productos muy sostenibles también desde el punto de vista económico.
- A pesar de la larga vida de los edificios construidos con productos cerámicos, a veces dichos edificios se demuelen antes del final de su vida útil. Cuando esto ocurre, los productos cerámicos vistos, como ladrillo cara vista, teja y adoquín, pueden recuperarse y reutilizarse.
- La Lista Europea de Residuos (LER) clasifica a los residuos de construcción y demolición cerámicos como inertes y no peligrosos, por lo que son altamente reciclables, en diferentes usos como: material de relleno y estabilización de carreteras, áridos para hormigón y morteros, tierra batida en pistas de tenis, substrato de plantas o elemento de cubrición para agricultura.
- Como los productos cerámicos son inertes y no alteran la calidad del agua, permiten el aprovechamiento del agua de lluvia. Así, en las cubiertas de teja se pueden emplear sistemas de drenaje para recogerla y almacenarla para su posterior uso.