Presentación
Ya en los albores de nuestra civilización, el ser humano supo apreciar las cualidades de la cerámica como material de construcción, tanto por su resistencia y durabilidad como por su riqueza cromática y múltiples aplicaciones, entre otras propiedades.
De esta forma, los primeros maestros constructores comenzaron a utilizar los materiales cerámicos para pavimentar todo tipo de espacios urbanos y de comunicación: plazas, calles, patios, caminos, etc.
A lo largo de nuestra historia, el uso de los pavimentos cerámicos ha estado siempre presente, evolucionando paralelamente al desarrollo de las técnicas constructivas. Sus prestaciones y aplicaciones han crecido y se han modernizado, influenciadas por la revolución tecnológica y la innovación industrial, hasta tal punto que, hoy en día, el proceso de fabricación del ADOQUÍN CERÁMICO es altamente automatizado.
Las mejoras productivas han contribuido a mejorar técnicamente el producto sin alterarlo, sin embargo, en lo fundamental: su naturaleza cerámica, que le confiere prestaciones excepcionales en cuanto a durabilidad y permanencia del color, principalmente.
Como consecuencia de sus infinitas posibilidades estéticas, que tienen garantía de por vida, el ADOQUÍN CERÁMICO transforma cualquier espacio urbanizado y llena de dibujos geométricos y colores naturales nuestro entorno, haciéndolo más confortable, saludable y vital.