Las últimas tormentas, propias del verano, han podido dar lugar a anomalías en la cubierta, como filtraciones por humedades o desprendimientos de partes de tejas antiguas, que es aconsejable reparar durante esta época, ya que es la más propicia para realizar este tipo de obras.
Aunque las reparaciones de los tejados son más infrecuentes de lo que en un primer momento se piensa y tan solo suponen el 3,9% de las patologías de una edificación, es importante tener en cuenta los pasos que hay que dar si finalmente la cubierta presenta alguna anomalía que debemos solventar.
La rehabilitación, paso a paso
Antes de meternos en camisa de once varas, es necesario realizar una inspección visual de la cubierta, pero siempre desde “tierra firme”, un balcón o una terraza.
Normalmente, sobre todo en los pueblos, los propietarios cometen el error de subir a los tejados de sus casas para poner remedio a las posibles filtraciones. En este caso es peor el remedio que la enfermedad, porque lo que están haciendo es agravar la situación al pisar las tejas sin la formación, ni la experiencia adecuada. Por no hablar de los riesgos que puede implicar una caída accidental.
Localizado el problema, es importante acudir a un técnico experto o especialista en reparar cubiertas, que haga una inspección más profunda y con los medios necesarios.
Origen de la filtración
No hay que olvidar que la filtración puede tener su origen en una parte del tejado, pero puede extenderse a otras zonas por una inadecuada fijación de las tejas, que se han podido mover, por la aparición de grietas en torno a la chimenea o por la sencilla rotura de canalones.
El agua suele discurrir por las zonas más impensables, incluso aparecer en forma de condensaciones a lo largo del tiempo, por lo que hay que atajar el problema cuanto antes y siempre dejarlo en buenas manos.
En el mercado todo está inventado, pero siempre es interesante recordar que existen soluciones que solventan los problemas que suceden en la cubierta, siendo los más indicados los adhesivos y las fijaciones mecánicas, cuando se trata de una rotura puntual, o la implementación de sistemas más complejos, capaces de aguantar la fuerza de cualquier fenómeno atmosférico.
Entre los sistemas que existen para impermeabilizar la cubierta bajo teja, destacan, entre otros, las placas de fibrocemento, los paneles de poliuretano, las placas asfálticas, etc.
Sea cual sea la elección de los productos, lo más recomendable es que los propietarios se dejen asesorar por expertos cualificados. No es una cuestión de precio, sino de seguridad y calidad, y hay que recordar siempre, que para garantizar ambas, lo mejor es contar con un tejado de teja cerámica.
Durabilidad de la teja
Con todo, la cubierta de tejas, frente a otras, como la de chapa, no tiene por qué perder las cualidades o propiedades que le han dado durante todo este tiempo la buena fama de durabilidad o resistencia, sobre todo cuando los componentes empleados y las fijaciones han sido realizadas por expertos.
También juega a favor de la cubierta de tejas su mantenimiento; si es el adecuado y con la periodicidad que necesita, según las estaciones del año, no tiene por qué plantear problemas para la propiedad. De hecho, en la mayoría de las ocasiones los problemas que aparecen tienen que ver con defectos constructivos, por ejemplo, de la instalación de la tela asfáltica.
Con la próxima llegada de los fondos europeos para activar el Plan de Recuperación de la Economía en el sector de la rehabilitación, muchos propietarios o comunidades de vecinos optarán por acogerse a las ayudas convocadas y la mejor opción para reparar su cubierta vendrá de la mano de la teja, y cómo no, de los profesionales que se ocupan a diario para que este material siga siendo uno de los elementos más longevos de la construcción española.
¡Larga vida a la teja y a su cubierta!