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Entrevista a Fernando Zaparaín y Eduardo García, arquitectos del estudio amas4arquitectura y ponentes de las jornadas Structura de Hispalyt

Amas4arquitectura es un equipo de arquitectos, que decidió aunar esfuerzos en 2004. Con sede en Valladolid, está dirigido por Javier López de Uribe y Laya (1943), Fernando Zaparaín Hernández (1964), Fermín Antuña Antuña (1965) y Eduardo García García (1977). Javier se licenció en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, y el resto en la de Valladolid, donde Fernando es Profesor Titular de Proyectos Arquitectónicos.

Son autores, entre otras obras, de las sucesivas ampliaciones de la bodega Pago de Carraovejas, la sede y varios centros de día para la Fundación INTRAS, centros de día y residencia para ASPAYM Castilla y León. Además del Centro deportivo Niara, que presentaron en la Jornada sobre el sistema Structura-G.H.A.S. (fachadas de ladrillo cara vista), organizada por Hispalyt en la ETSAM. Sus trabajos han sido difundidos en medios nacionales e internacionales y  divulgados en varias exposiciones de arquitectura.

 

Desde que iniciaron su actividad en el estudio amas4arquitectura, la situación económica en España ha atravesado por diferentes etapas. Los últimos años han sido especialmente complicados para el sector de la construcción, pero ahora empieza a haber indicadores de recuperación, como el aumento de la edificación de vivienda nueva, el crecimiento del número de afiliaciones a la seguridad social o el incremento de los visados de obra. Desde el punto de vista de la arquitectura, ¿cómo ven las perspectivas para los próximos años? ¿Creen que algo está cambiando?

Buscar un horizonte cierto en un entorno de picos de extremada prosperidad y valles de actividad casi nula no tiene mucho sentido para nosotros, por lo que preferimos ir paso a paso con independencia de la coyuntura económica, confiando en que la arquitectura acaba encontrando su sitio.

Su estudio ha trabajado en algunas rehabilitaciones, como la casa Miguel de Cervantes o las viviendas del edificio “Pasaje Gutiérrez”, ambas en Valladolid.  La rehabilitación, ¿está siendo una salida a la crisis? ¿Creen que es positivo que las Administraciones Públicas impulsen partidas económicas tanto para rehabilitar edificios históricos como para mejorar la eficiencia energética de las viviendas?

La rehabilitación ya era una respuesta responsable, que combinaba el crecimiento con la memoria, pero después de la crisis es imprescindible si queremos que las generaciones futuras nos miren con respeto. Por otro lado, la protección del patrimonio supone un gasto extra por la necesidad de un mayor análisis histórico y la asunción de estructuras obsoletas. Ese sobrecosto se compensa en parte con el valor añadido de lo “antiguo”, por lo que la participación pública se hace necesaria. De esa manera se evitará la tentación de provocar la ruina.

Teniendo en cuenta que Fernando es miembro de la Academia de Bellas Artes de Valladolid, y que también ha desarrollado trabajos en el campo de la pintura y las artes visuales, ¿cree que la arquitectura debe continuar siendo una disciplina entroncada con el arte? ¿O, por el contrario, cree que la arquitectura debe amoldarse a las limitaciones económicas y adaptarse a las necesidades en la concepción de los proyectos?

La relación de la arquitectura con el arte es inevitable, pero no podemos olvidar que precisamente la especificidad de nuestro medio, sometido a las condiciones de uso y la producción colectiva, es en buena parte su esencia.

Fernando también forma parte del equipo Estudios de Patrimonio Histórico Industrial, que entre otras cosas ha elaborado el inventario del patrimonio industrial de la provincia de Palencia. Desde su punto de vista, ¿qué papel tienen los materiales cerámicos en la tradición arquitectónica española, y en particular, en su patrimonio industrial?

En Castilla y León se documentaron restos de 191 fábricas de cerámica, como Silió en Valladolid, que en sí mismas suelen ser hermosos ejemplos del uso del ladrillo aplantillado colocado a hueso. Ahora la producción se ha desplazado a otras áreas, como Levante, pero la imagen de la ciudad en esta región ha quedado fijada para siempre en ladrillo y sigue dependiendo en buena medida de este material, como demuestran algunos edificios de viviendas del siglo XX incluidos en el Docomomo, por ejemplo, el de la calle Panaderos nº 68 de Valladolid, de 1935. En su difusión está siendo muy interesante la tarea de plataformas como http://arquitecturava.es/.

Algunas Escuelas de Arquitectura españolas, como la Politécnica de Madrid, se encuentran en los rankings europeos de mejores escuelas. Eduardo García, usted que ha pertenecido a la Universidad Técnica Hamburg-Harburg, ¿qué diferencias percibe entre la docencia de las escuelas en España y, en este caso, Alemania?

En las escuelas españolas se pretende formar al alumno en un conocimiento amplio de la disciplina, abordando  ámbitos que van desde la planificación urbanística hasta la construcción de los edificios. Esta formación nos permite tener una comprensión global a la hora de proyectar.

Por su parte, en las universidades alemanas se potencia el trabajo en grupo del alumnado desde los primeros cursos. Con ello se incide en la necesidad de trabajar en equipos multidisciplinares en los que todos los componentes tienen la capacidad de aportar valores al resultado final.

En su proyecto “Escuela deportiva Niara”, que ha sido publicado en numerosas publicaciones especializadas como Conarquitectura o Archdaily, utilizaron el sistema “Structura G.H.A.S.” que permite elevar fachadas de ladrillo cara vista sin puentes térmicos. ¿Por qué elegisteis este sistema frente a otros, y cuáles fueron los resultados?

En análisis del entorno indujo desde un principio a utilizar el ladrillo caravista como material principal de fachada: como comentábamos antes, el ladrillo se percibe como un material inherente a la tradición constructiva de Valladolid, por lo que confiábamos en que el edificio se mostraría de forma amable y cercana a los usuarios con su utilización, como así ha sido.

Tomada esta decisión, elegimos este sistema constructivo porque permite tratar la fábrica de ladrillo como una piel, lo que nos daba mayor libertad formal al tiempo que facilitaba alcanzar los estándares de aislamiento actuales sin dificultad y de forma viable.

La experiencia fue muy positiva, y no hemos dudado en introducir el sistema en nuevos proyectos, como la ampliación del CEIP “Los Adiles”, cuyas obras comenzarán en breve.

¿Qué obras con materiales cerámicos destacaría, preferentemente, de su estudio de arquitectura? En ellas, ¿cuál es el papel de los materiales cerámicos?

Lo hemos utilizado a lo largo de toda la trayectoria del estudio, siendo quizá la experiencia de la escuela deportiva Niara la más destacable hasta ahora, porque en ella el ladrillo se emplea de forma extensiva permitiendo caracterizar tanto el espacio interior como el exterior y todas las transiciones entre ambos.

También tenemos especial cariño a una reforma en una vivienda unifamiliar en Meneses de Campos, en la que añadimos un pequeño cuerpo utilizando el ladrillo como material crudo resolviendo casi todo. El resultado transmite una tactilidad emocionante.

¿Cómo creen que se podría mejorar el conocimiento de los sistemas constructivos con ladrillo cara vista en las asignaturas en las Escuelas de Arquitectura?

Como profesor de Proyectos Arquitectónicos detecto en los alumnos una reticencia a usar el ladrillo que me inquieta. Parece como si el glamour de las infografías que consumen (un poco compulsivamente) estuviera reñido con este viejo elemento de la arquitectura. Los concursos y conferencias auspiciados por las cátedras cerámicas han funcionado muy bien, casi siempre apoyándose en formas de colocación y usos más experimentales, que sacian la necesidad de novedad que apremia a los jóvenes.

Hispalyt promueve el uso de los materiales cerámicos, al tiempo que trabaja para la mejora de la calidad de los mismos y su adecuación a las nuevas normativas. Desde un punto de vista docente y profesional, ¿qué importancia se da al conocimiento y a la utilización de los materiales cerámicos?

La docencia de proyectos necesita un cierto grado de provocación, plantear preguntas más que dar respuestas. Por eso, una forma de introducir a los alumnos en materiales tradicionales como el ladrillo puede ser animarles a experimentar y convencerles de que también se puede ser “moderno” con algo antiguo siempre que se vea con ojos nuevos.

Desde el punto de vista profesional, la versatilidad del material y su capacidad para responder de forma eficiente a multitud de cuestiones que se plantean en los proyectos hacen que  esté de plena actualidad.

En la última convocatoria de los Premios de Arquitectura de Ladrillo y de Teja que organiza Hispalyt se recibieron numerosas obras, la mayoría de ellas de gran calidad y reconocidas a nivel internacional, lo que nos hace pensar que existe una nueva corriente de arquitectos que han rescatado los valores tradicionales de los productos cerámicos, ¿está de acuerdo con esta percepción?

Siempre nos ha interesado y preocupado la viabilidad de la propuesta arquitectónica, algo que se ha hecho evidente durante la crisis.  Materiales que antes se encontraban con facilidad y cuya ejecución estaba en cierta forma facilitada por la abundante mano de obra, ahora son casi imposibles de plantear y los arquitectos hemos sentido la necesidad de repensar qué hacer con aquellos más accesibles, caso de los productos cerámicos. Volviendo al inicio de la entrevista, la arquitectura acaba encontrando su sitio.

Más información: www.amas4arquitectura.com / www.structura.es

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